¡Ay, queridos lectores! ¡Cuántos quebraderos de cabeza nos da esto de envejecer! Yo, sin ir más lejos, siempre me encuentro ante el dilema de gastarme un dineral en cremas antiarrugas de alta gama o destinar un mínimo presupuestario para ir cubriendo el asunto, o sea mi piel, como Dios me dio a entender. El mes pasado elegí la primera opción y este mes me ha dado por la segunda, así que ahora mismo me encuentro combinando cremas y sérums pertenecientes a estratos sociales diferentes que, al contrario de lo que pudiéramos pensar, conjugan perfectamente, conviven en armonía y se ayudan los unos a los otros. Hermosa estampa, ¿verdad? ¡Pues, no!
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Mezcla, mezcla que algo queda. |
La única crema "
antiedad" efectiva que existe sería aquella de la que, al abrir la tapa, saliera una pequeña pistola que te pegara un tiro en la frente. Eso sí es "antiedad", señores. Dejas de cumplir años en el acto y, por tanto, el envejecimiento se paraliza por completo y los radicales, que por lo visto ya eran libres pero estaban ahí retenidos, se liberan por completo y buscan una nueva víctima a la que hacer envejecer. Pero las actuales cremas que prometen milagros, que ya quisiera la Sábana Santa tener esos poderes, me temo que no cumplen las expectativas. O es que yo siempre estoy entre el 18% de mujeres a las que no les hace nada -no hay crema que se precie que no dé una estadística exitosa de sus resultados- o es que a alguien le está creciendo la nariz en Suiza, Japón y resto de países donde se fabrican los mejores ungüentos para la piel.
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Sylvie Tartán en su momento... ¿crematorio? |
En fin, queridos, tanto si aceptamos la oxidación, sometiéndonos al paso del tiempo y decidiendo ser felices soplando velas de tarta, como si nos infiltramos vitaminas y botox paralizantes, nos estiramos en un quirófano y celebramos nuestro cumpleaños en una clínica de rejuvenecimiento, esto ya sabemos cómo acaba... MAL en el 100% de los casos. Testado en humanos e incluso animales. Así que aconsejo disfrutar de todo al máximo mientras dure, con pellejo o sin él.
Besos, abrazos y mimos varios.
Sylvie Tartán.
Amiga.... has dado en el clavo!
ResponderEliminar¡Mil gracias, Belly! ¡Un besote! :)
Eliminarmientras seguimos soñando... ayudaremos a nuestra piel con alguna cremita... yo hago mucho auto de fe!!!!! besos linda
Eliminar¡Mil gracias, Su! ¡Síiiii, hay que hacer auto de fe y lo bueno es que funciona! ¡Un besito grande!
EliminarHola Sylvie!!
ResponderEliminarQué gusto leerte de nuevoooo!! Me gusta tannnntooo!! jejjeejje
Ya veo que aunque los años y la vejez se apodera de nuestras delicadas dermis (de la de todas, eeeh)no pierdes ese exquisito y mordaz estilo de redacción.
Welcome blog, Sylvie!!
¡¡Ohhh, muchísimas gracias, queridísima Eva!! ¡¡Qué reencuentro más estupendo!! ¿Sabes que volvimos a verte y nos volvió a coincidir que estaba cerrado Parisienne? ¡Mira que tenemos mala pata! Fue hace ya tiempo. ¡Pero volveremos pronto! ¡¡Un biquiño enorme!!
EliminarMira que llegas a ser graciosa y que alegria leerte tu critica-sarcastica de las maravillosas cremas que nos libran del "fatal"envejecimiento que tan pronto llega. A ser felices y no amargarnos por las cosas que no tienen solución.
ResponderEliminar¡¡Muy buen consejo, Marta!! Tú lo has dicho, ¡no hay solución! ¡Muchísimas gracias por leerme y por comentar! ¡¡Un beso grandote y muy feliz fin de semana!!
EliminarYa sabes Sylvie que yo soy adicta a todo tipo de cremas, y cuanto más monos los recipientes más adicta...
ResponderEliminarQuerida Ladymarcas, te comprendo perfectamente. El envoltorio es un atrayente increíble ¡y los hay ideales! ¡Un besito y mil gracias por comentar!
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